jueves, 31 de enero de 2013

BACTERIEMIA ZERO


Algo con lo que estamos en contacto continuo en enfermería son los catéteres intravasculares, ya sean venosos o arteriales, y las sondas vesicales. Debemos ser cuidadosos a la hora de tratar con dichos dispositivos, ya que pueden infectarse y provocar graves repercusiones al paciente. Por ello tenemos que prestar atención a las técnicas que realizamos y como las realizamos.

Según el informe ENVIN-HELICS 2011 el porcentaje de infección urinaria en UCI es del 27,86%. El grupo de gérmenes más frecuente son las BGN (Bacterias Gram Negativas) con un porcentaje del 60,04%, seguidas de las BGP (Bacterias Gram Positivas) con el 19,89%, de hongos con un 19,89% y de otros con un 0,19%. El mismo informe refiere que el porcentaje de infección por bacteriemia primaria es del 9,89%, y si se trata de bacteriemia secundaria relacionada con infección de catéter es del 9,57%. Dicho informe señala también que el grupo de gérmenes más frecuente son las BGP (Bacterias Gram Positivas) con un porcentaje del 54,45%, seguidas de las BGN (Bacterias Gram Negativas) con el 35,60%, de hongos con un 9,16% y de otros con un 0,79%.[1]
Las infecciones asociadas con catéteres vasculares incrementan la mortalidad, las complicaciones, la estancia en el hospital, y los costes. La formación se asoció con una reducción del 26% de las infecciones relacionadas con catéteres y ahorró mucho dinero. La formación tiene una categoría IA (Fuertemente recomendada y fuertemente soportada por estudios experimentales, clínicos o epidemiológicos bien diseñados)(según la CDC)[2]en la prevención de bacteriemia.[3]
Se entiende bacteriemia por la presencia de bacterias en sangre, demostrada con aislamiento en hemocultivos. Los dispositivos intravasculares son: marcapasos, endoprótesis vasculares, catéteres de inserción periférica (venosos y arteriales), catéteres venosos centrales de larga duración(Hickman, Permcath, Portacath…), catéteres venosos centrales temporales.
La BRC (bacteriemia relacionada con catéter) es un importante problema sanitario, con una mortalidad atribuible del 5-35%. Además prolonga la estancia hospitalaria, con un incremento del coste.
Son factores de riesgo de BP-CV (bacteriemia primaria - catéter vascular):
-          Infección en otro lugar, foco secundario.
-          La colonización del catéter con microorganismos.
-          La cateterización endovenosa mayor de 72 horas.
-          La inexperiencia del personal que inserte el catéter.
-          El uso de llaves de tres pasos.
Son también factores de riesgo:
-          Lugar de la inserción: Menor riesgo para la subclavia, mayor para la femoral y la yugular interna.
-          Catéteres multilumen: Mayor trauma en el tejido subcutáneo,  más manipulaciones, más riesgo de contaminación de las conexiones.
-          Administración de NPT (nutrición parenteral) o lípidos. Baja relación enfermera-paciente.[3]
El proyecto de bacteriemia zero se llevó a cabo en Michigan con buenos resultados, y a partir de ese estudio se han establecido una serie de intervenciones. Dichas intervenciones para la prevención de bacteriemias relacionadas con el catéter según el programa de Michigan (5 puntos de ‘mejores prácticas’) son:
-          Higiene de manos antes del procedimiento.
-          Uso de medidas de barreras máximas.
-          Desinfección de la piel con clorhexidina.
-          Evitar femorales.
-          Retirar las vías innecesarias.[3]

El lavado de manos se debe realizar antes y después de procedimientos invasores, entre paciente y paciente, antes y después de la utilización de guantes, antes de comer, después de utilizar el baño, si se sospecha una contaminación. La higiene de manos es necesaria antes y después de la palpación del punto de inserción, antes y después de la movilización o manipulación del catéter y  del cambio de apósitos. Siempre que haya restos orgánicos debe realizarse con agua y jabón antiséptico durante un mínimo de 15 segundos, y en el caso de que no los haya se realizará preferentemente con soluciones alcohólicas.
A la hora de seleccionar el lugar de inserción hay que valorar el riesgo de infección frente al riesgo de complicaciones mecánicas. Cuando no es posible la inserción en la vena basílica, utilizar preferentemente la vía subclavia. Si no es posible, se utilizará la vía yugular, la femoral o axilar. En el caso de los catéteres de diálisis, la National Kidney Fundation recomendó no utilizar venas subclavias debido al riesgo de estenosis.
En cuanto a la selección del catéter usar uno de una sola luz, excepto que sean necesarias múltiples luces para el tratamiento. Hay que evaluar diariamente la necesidad del catéter venoso y retirarlo cuando no sea necesario, o cambiarlo a uno monolumen cuando sea posible. Se deben utilizar siempre catéteres con el mínimo de luces posibles.
En lo referente a la antisepsia de la piel: antes de realizar la asepsia cutánea se realizará una limpieza de la zona de punción con agua y jabón de clorhexidina, después se aclarará y se secará completamente. Para la asepsia cutánea se utilizará preferentemente una solución de clorhexidina. Se utilizará alcohol de 70 grados o povidona yodada solo en  caso de hipersensibilidad a la clorhexidina. El antiséptico debe secarse completamente antes de la inserción del catéter, en el caso de la povidona yodada son dos minutos.
En lo que respecta a las medidas de barrera, para la inserción de catéteres venosos centrales y catéteres arteriales deben utilizarse medidas de máxima barrera como son el gorro, mascarilla, gafas protectoras, bata; paños, sábanas y guantes estériles. Las personas ayudantes a la inserción deben cumplir las medidas anteriores y las colaboradoras con el  personal que está realizando la técnica, deben colocarse como mínimo, gorro y mascarilla. El uso de guantes no obvia el lavado de manos. El campo estéril debe cubrir todo el paciente.
En cuanto al punto de punción, las pomadas con antibióticos no reducen las bacteriemias relacionadas con catéter. Aplicar un apósito estéril en el lugar de inserción antes de que las medidas de barrera sean retiradas. Se puede utilizar un apósito de gasa o un apósito transparente semipermeable. Evitar, durante el cambio de apósito, el contacto con el punto de inserción y utilizar guantes estériles. Hay que vigilar diariamente el punto de inserción. Debe constar, tanto en los registros de enfermería como en un lugar cercano al apósito, la fecha de colocación, así como cualquier reemplazo o manipulación. Si el apósito fuese transparente, se procederá a su cambio y cura cada 7 días según el proyecto y protocolo del hospital. Si el apósito fuese de gasa se cambiará cada  48h, según protocolo del hospital. Tanto si fuese transparente como de gasa, se cambiara el apósito, siempre que éste lo precise (apósito sucio, despegado…)[4].
Respecto a  los equipos, llaves de tres vías y puntos de inyección de los sistemas de infusión hay qe limpiarlos con alcohol 70 grados antes de acceder al sistema. Utilizar el mínimo número de llaves de tres vías posible y retirarlas cuando no sean imprescindibles.[3]

En lo referente a os catéteres arteriales, la arteria radial va a ser el lugar de elección. La arteria pedia dorsal es un lugar alternativo, siendo la braquial y la cubital el último recurso debido a la falta de circulación colateral. Se mantendrán unas condiciones de esterilidad y de máxima asepsia. Retiraremos cualquier catéter que no sea absolutamente imprescindible. Valorar cambio de catéter de múltiple luz por uno de menos luces cuando estas sean prescindibles.
El cambio rutinario de catéteres con guía o la rotación del punto de inserción no es una medida aconsejable.[3]

Viendo las intervenciones para prevenir la bacteriemia, uno se da cuenta que no todas las cosas se cumplen al dedillo. Sí que es cierto que la gran mayoría de las medidas se realizan, pero hay algunas que no. Al ser intervenciones recomendadas y que hay estudios que evidencian los resultados en la prevención de la bacteriemia, creo que deberíamos intentar ponerlas todas en práctica, siempre que estén dentro de nuestros límites.

Diagnósticos de enfermería: El diagnóstico principal en esta entrada va a ser el riesgo de infección por lo que nuestras intervenciones van a ir encaminadas a evitar en la medida de lo posible que se llegue a producir. Por ello será necesario poner en marcha todas las intervenciones anteriormente descritas.
1.       Riesgo de infección r/c procedimientos invasivos.
Intervenciones de enfermería:
_ Las comentadas anteriormente. A la hora de canalizar catéteres, de realizar sus cuidados y tratar con la sonda urinaria, mantendremos siempre la asepsia. Nos lavaremos antes y después del procedimiento las manos. Utilizaremos guantes, que dependiendo de la tarea a realizar serán guantes limpios o guantes estériles. Utilizar antisépticos y las correctas medidas de barrera.
Y mantener informado al paciente si está consciente.[5]

BIBLIOGRAFÍA



[1] ENVIN. Estudio Nacional de Vigilancia de Infección Nosocomial en Servicios de Medicina Intensiva. Informe 2011. SEMICYUC.

[2] RECOMENDACIONES CDC (Centro para el Control de Infecciones). 2006

[3] ENVIN. Módulo de Formación del proyecto “Bacteriemia Zero”.

[4] Procedimientos Generales, (PD-GEN-92) del manual de Protocolos y Procedimientos de la Intranet del HGUGM. Cuidados del Catéter Venoso Central Temporal.

[5] Nanda.es, Asistente de Planes de Cuidado [Sede web]. [Acceso 30 de enero]. Disponible en: www.nanda.es

martes, 29 de enero de 2013

RCP BÁSICA


La semana pasada, el técnico en recursos materiales de la UVI, que además es auxiliar de enfermería y enfermero, hizo algo que me pareció muy buena idea y que me gustó mucho. Nos llamó a mi compañero y a mí, y junto con otra alumna suya estuvimos repasando la RCP básica y las maniobras de Heimlich.
Una cosa que me llamó la atención es que una auxiliar refería haber hecho un cursillo de RCPB y no la realizaba correctamente. No es una crítica sino más bien una reflexión. Muchas veces pensamos que hacemos las cosas bien (entre los que me incluyo), pero resulta que no es así. En este caso están en juego vidas.
Según un artículo que aparece en la revista Medicina Intensiva, la mayoría de las paradas cardíacas de origen no cardíaco se deben a causas respiratorias como el ahogamiento, sobre todo en niños, y la asfixia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en muchas partes del mundo el ahogamiento es una de las causas principales de muerte (http://www.who.int/watersanitationhealth/diseases/drowning/en/), por  lo que las respiraciones de rescate son, tal vez, más determinantes para la reanimación de las víctimas.
En la mayoría de las comunidades, el retraso hasta la llegada al lugar de la parada de los SEM (Servicios de Emergencias Médicas) es de 8 minutos, y hasta 11 minutos el tiempo hasta la primera descarga del desfibrilador. La supervivencia de la víctima dependerá, por tanto, de que los testigos inicien el SVB y usen un DEA para la desfibrilación si disponen de él.[1]
¿Es útil que el personal que trabaja en una UVI tenga conocimientos sobre cómo realizar la RCP básica? En mi opinión creo que resulta de gran importancia que todos los profesionales que trabajan en la UVI reciban formación o cursos sobre RCP básica y sobre las maniobras de Heimlich, ya que puede ser la diferencia entre que una persona viva o muera. Dicho técnico nos puso un claro ejemplo: Una limpiadora o auxiliar que entra en una habitación y se encuentra con que el paciente tiene un aspecto cianótico y frío. Si el personal que trabaja en la UVI tiene conocimientos en RCP básica podría gritar pidiendo ayuda y a continuación iniciar la reanimación en vez de esperar a que lleguen enfermeras y médicos.
¿Resulta de ayuda que se repasen conocimientos previos mediante seminarios prácticos? Mi respuesta resulta afirmativa. No está nunca de más repasar conocimientos de técnicas previamente adquiridos ya que poco a poco, si no las recordamos, se van olvidando. Además no creo que sea de gran ayuda pensar que como ya has aprendido una técnica una vez, la vas a realizar siempre bien, que no se te va olvidar, que no vas a cometer  ningún error. Creo que esto sería un  gran error por nuestra parte, darlo todo por sabido.
Las nuevas recomendaciones subrayan la importancia del masaje cardíaco de calidad como factor determinante de la supervivencia al alta hospitalaria de los pacientes que han sufrido una parada cardíaca.[1]
Las acciones que conectan a la víctima de una parada cardiaca súbita con su supervivencia se denominan cadena de supervivencia. La cadena de supervivencia resume los pasos vitales necesarios para llevar a cabo una reanimación con éxito. Estas acciones incluyen el reconocimiento precoz de la situación de urgencia y la activación de los SEM (sistemas de emergencias médicas), la RCP precoz, la desfibrilación precoz y el soporte vital avanzado (SVA), junto a los cuidados tras la reanimación si la víctima se recupera de la parada cardíaca. La importancia de reconocer la situación crítica y/o el ataque cardíaco y de evitar la parada cardíaca, así como la atención posterior a la resucitación, queda resaltada mediante la inclusión de estos elementos en la cadena de supervivencia de cuatro eslabones. [1]
1. El primer eslabón es la llamada de alerta al SEM tras el reconocimiento de la situación de parada. Hay un número único para toda Europa, es el 112. En el caso nuestro al estar en la UVI gritar pidiendo ayuda.
2. El segundo eslabón es la RCP básica realizada por los testigos presenciales de la parada. Una RCP de alta calidad puede duplicar e incluso triplicar la supervivencia.
3. El tercer eslabón es la desfibrilación que deberá ser lo más precoz posible. La desfibrilación es un eslabón clave en la cadena de supervivencia y es una de las pocas intervenciones que se ha demostrado que mejoran el resultado de las paradas cardíacas con FV. Dado que la efectividad de las descargas disminuye rápidamente con el paso del tiempo, la desfibrilación debería poder efectuarse antes de la llegada del SEM, cuyo tiempo de respuesta es, por término medio, no inferior a 8-10 minnutos. Los DEA son seguros y efectivos cuando los utilizan personas legas. Por lo tanto, lo ideal sería que el primer interviniente fuera capaz de utilizar un DEA y que este estuviera disponible en los primeros 3-5 minutos de parada. Las nuevas recomendaciones preconizan la instalación de DEA en lugares de gran afluencia de público y ponen de manifiesto la importancia de programas de acceso público a la desfibrilación.
4. El cuarto eslabón de la cadena lo constituyen el SVA y los cuidados tras la reanimación.[1]
Es el segundo eslabón el que querría resaltar, ya que como la entrada de hoy está relacionada con la RCP básica, dicho eslabón hace referencia a ésta. Como comentaba anteriormente, creo que es necesario repasar conocimientos previos y que otro personal de la UVI tenga conocimientos suficientes como para poner en práctica una RCP básica y que resulte de ayuda. Si esta técnica no se repasa, se olvida. Y si se olvida ya no es una RCP básica de calidad, por lo que hay menos posibilidades de que el paciente sobreviva.
En el caso de hoy no voy a señalar ningún diagnóstico ya que creo que en una RCP básica la principal actividad en la que debemos centrarnos es en la de realizar la técnica correctamente para así poder salvar la vida del paciente. Obviamente una vez realizada la RCP van a surgir diversos diagnósticos, parte de los cuales ya traté en una entrada anterior.


BIBLIOGRAFÍA


[1]López-Messa JB, Herrero-Ansola P, Pérez-Vela JL, Martín-Hernández H. Novedades en soporte vital básico y desfibrilación externa semiautomática. Med Intensiva. 2011;35(5):299—306.

viernes, 25 de enero de 2013

NEUMONÍA ZERO


Hoy voy a tratar la prevención de la neumonía asociada a la ventilación mecánica. Creo que es un tema de gran importancia ya que en la UCI estamos en contacto continuo con pacientes que precisan ventilación mecánica y si podemos evitar complicaciones debidas a un mal cuidado o la mala realización de técnicas,  estaremos realizando una buena labor de enfermería.
Según el informe 2010 ENVIN HELICS, la neumonía asociada a ventilación mecánica (NAV) es la principal infección adquirida en los Servicios o Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Dicho estudio señala que los porcentajes de infección en UCI son: Neumonía asociada a ventilación mecánica 41,78%; infección urinaria relacionada con sonda uretral 24,92%; bacteriemia primaria 8,17%; bacteriemia secundaria a infección de catéter 8,59%; bacteriemia secundaria a infección de otro foco 16, 54%[1].
La neumonía asociada a ventilación mecánica es aquella que se produce en pacientes con intubación endotraqueal o traqueotomía y que no estaba presente, ni en período de incubación,  en el momento de la intubación. En esta definición se incluyen las neumonías diagnosticadas en las 72 horas posteriores a la extubación o retirada de la traqueostomía[2].
En mi opinión son necesarias una serie de medidas para que podamos evitar lo máximo posible la incidencia de NAV. Según el Protocolo de prevención de las neumonías relacionadas con ventilación mecánica en las UCI españolas las medidas a tomar son las siguientes:
-          Medidas básicas de obligado cumplimiento:
1.       Formación y entrenamiento apropiado en la manipulación de la vía aérea (aspiración de secreciones bronquiales) (Nivel de evidencia alto. Recomendación fuerte).
_ Uso de guantes estériles.
_ Uso de mascarilla.
_ Uso de gafas.
_ Utilización de sondas desechables.
_ Manipulación aséptica de las sondas de aspiración.
_ Hiperoxigenación en pacientes hipoxémicos antes, entre y aspiración y aspiración, y al final del procedimiento.
_ Evitar la instilación rutinaria de suero fisiológico a través del tubo endotraqueal (TET) antes de la aspiración de secreciones bronquiales.
_ Selección de sonda: sonda atraumática, diámetro máximo la mitad de la luz interna del TET.
_ Aplicación y duración de la aspiración: Aspiración al retirar la sonda, tiempo de permanencia en TET menor o igual a 15 segundos, número de aspiraciones menor o igual a 3.
_ Aspiración orofaríngea al terminar el procedimiento.
2.       Higiene estricta de las manos con productos de base alcohólica (PBA) antes y después de manipular la vía aérea (Nivel de evidencia alto. Recomendación fuerte).
_ Uso de guantes: No reemplaza el lavado de manos, no evita la transmisión de organismos.
_ La higiene de manos, incluido el uso correcto de guantes, es clave para prevenir la NAV.
_ Higiene de manos: Solución alcohólica durante 20-30 segundos; agua y jabón durante 40-60 segundos.
3.       Higiene bucal utilizando clorhexidina (0,12%-0,2%). (Nivel de evidencia alto. Recomendación fuerte).
_ Previo a la higiene bucal, control de la presión del neumotaponamiento superior a 20 cm H2O.
_ Mantener el cabecero elevado para realizar la higiene bucal.
_ Realizar un lavado de la cavidad bucal de forma exhaustiva, por todas las zonas irrigándolas mediante una jeringa, aspirando posteriormente.
_ Frecuencia cada 6-8 horas.
4.       Control y mantenimiento de la presión del neumotaponamiento por encima de 20 cm H2O. (Nivel de evidencia moderado. Recomendación fuerte).
5.       Evitar siempre que sea posible, la posición decúbito supino a 0 grados. (Nivel de evidencia moderado. Recomendación fuerte).
_ Mantener el cabecero de la cama elevado 30-45 grados, salvo contraindicación.
_ Comprobar cada 8 horas y tras los cambios posturales.
6.       Favorecer todos los procedimientos que permitan disminuir de forma segura la intubación y/o su duración. (Nivel de evidencia bajo. Recomendación fuerte).
_ Valoración diaria de la retirada de la sedación, en pacientes estables.
_ Valoración diaria de la posibilidad de extubación.
_ Uso de protocolos de desconexión de la ventilación mecánica.
_ Uso de ventilación mecánica no invasiva cuando esté indicado.
7.       Evitar cambios rutinarios de las tubuladuras, humidificadores y tubos traqueales. (Nivel de evidencia alto. Recomendación fuerte).

-          Medidas optativas específicas altamente recomendables:
1.       Aspiración continúa de secreciones subglóticas. (Nivel de evidencia alto. Recomendación fuerte).
2.       Descontaminación selectiva del tubo digestivo (completa u orofaríngea). (Nivel de evidencia alto. Recomendación fuerte).
3.       Antibióticos sistémicos (dos días) durante la intubación en pacientes con disminución del nivel de consciencia. (Nivel de evidencia alto. Recomendación fuerte).[2],[3]
Pienso que resulta de gran interés tanto como para la salud de nuestros pacientes como para nuestro bienestar como enfermeros, poder llevar a cabo estas medidas porque de esta manera sabemos que estamos realizando una correcta labor enfermera y realmente nos cuesta muy poco hacer las cosas correctamente. Vamos a emplear menos esfuerzo porque así evitaremos las infecciones. Y además ¿cómo nos gustaría a nosotros que cuidasen a nuestros familiares o a nosotros mismos? ¿De la manera que se recomienda y hay evidencias, o de cualquier forma? Creo que la respuesta es obvia.
En la UCI he estado en contacto con varios pacientes que precisan ventilación mecánica así que a continuación voy a poner los diagnósticos que creo que puedan tener en común los pacientes.
1.       Riesgo de infección r/c procedimientos invasivos.
Intervenciones de enfermería:
_ Protección contra las infecciones. Todas aquellas actividades mencionadas anteriormente entrarían dentro de esta intervención.
2.       Riesgo de lesión r/c factores físicos.
Intervenciones de enfermería:
_ Seguridad. Comprobar que el neumotaponamiento  esté a una presión adecuada para evitar daños en la tráquea.
3.       Riesgo de caídas r/c enfermedad aguda.
Intervenciones de enfermería:
_ Prevención de caídas.
_ Potenciación de la seguridad.
Para evitar caídas en los pacientes realizaremos cambios posturales siempre con ayuda, y si es necesario con dispositivos mecánicos que faciliten nuestra labor. También colocaremos la cama a una altura adecuada para facilitar nuestro trabajo. Tener siempre subidas las barandillas de la cama.
4.       Riesgo de deterioro de la integridad cutánea r/c  inmovilización física, prominencias óseas y factores mecánicos.
Intervenciones de enfermería:
_ Manejo de presiones. Evitaremos presiones para impedir la ulceración de la piel
_ Cuidados del paciente encamado. Cambio de posición, realizaremos cambios posturales todos los turnos cada 2-3 horas. Hidrataremos bien la piel y la protegeremos. Vigilancia de la piel. Vigilar rojeces.
_ Prevención de UPP mediante estas medidas.
_ Realizaremos una correcta higiene bucal para evitar su deterioro, mediante su lavado con productos adecuados.
5.       Deterioro de la respiración espontánea.
Intervenciones de enfermería:
_ Ventilación mecánica. Monitorizaremos los signos vitales del paciente para saber su estado en todo momento. Prefijaremos alarmas y pondremos un volumen adecuado. Aspiraremos las secreciones si es preciso.
6.       Limpieza ineficaz de las vías aéreas r/c vía aérea artificial.
_ Manejo de las vías aéreas. Administraremos tratamiento con aerosol. Realizaremos aspiración endotraqueal si procede. Colocar cabecero de la cama en posición adecuada.
_ Monitorización respiratoria. Vigilar valores.
_ Aspiración de vías aéreas. Anotar la cantidad y el tipo de secreciones obtenidas. Disponer de precauciones universales. Hiperoxigenar con oxígeno 100% mediante ventilador.
7.       Riesgo de estreñimiento r/c actividad física insuficiente, aporte insuficiente de fibras, cambios en el patrón de alimentación, disminución de la motilidad del tracto gastrointestinal.
_ Administración de enemas si precisa. [4]

BIBLIOGRAFÍA


[1] ENVIN. Estudio Nacional de Vigilancia de Infección Nosocomial en Servicios de Medicina Intensiva. Informe 2010. SEMICYUC.
[2] ENVIN. Módulo de Formación del proyecto “Neumonía Zero”.


[3] Proyecto “Neumonía Zero”. Protocolo de prevención de las neumonías relacionadas con ventilación mecánica en las UCI españolas. Ministerio de Sanidad. SEEIUC y SEMICYUC. PCSNS.

[4] Nanda.es, Asistente de Planes de Cuidado [Sede web]. [Acceso 22 de enero]. Disponible en: www.nanda.es




miércoles, 23 de enero de 2013

PCR


Esta semana estuve en contacto con un tema que quería resaltar. Se trata del caso de una paciente, que acudió al centro de salud ya que padecía disnea y grandes ataques de tos por las noches que no se le llegaban a pasar. Le atendieron en el ambulatorio pero a los dos días volvió porque seguían sin remitirle los ataques. Mientras estaba esperando en dicho centro sufrió una PCR o parada cardiorespiratoria. Le practicaron un SVB (soporte vital básico) o RCP básica (reanimación cardiopulmonar) durante veinte minutos hasta que llegó el samur y le realizaron un SVA (avanzado). Otro día trataré el SVB y su conocimiento por los profesionales sanitarios en la UVI en una entrada nueva.
A esta paciente, ya en la UVI, le realizaron una práctica llamada hipotermia terapéutica, que consiste en bajar la temperatura del cuerpo hasta los 32-34 grados. Esto se lleva a cabo ya que la hipotermia disminuye el índice metabólico cerebral, reduce la presión intracraneal (PIC); baja la concentración de lactato, radicales libres, mediadores neurotóxicos...; reduce la permeabilidad vascular y de la BHE (barrera hemato-encefálica); disminuye la frecuencia cardíaca, aumenta las resistencias vasculares, etc... Se realiza para evitar mayores daños cerebrales en el paciente[1],[2].
Sobre la aplicación de la hipotermia terapéutica, según diversos estudios recogidos en la revista Medicina Intensiva por el servicio de medicina intensiva del Hospital  Universitario Marqués de Valdecilla  de Santander las recomendaciones para el empleo de la hipotermia en PCR son: La inducción de hipotermia leve o moderada (32- 34 ºC) durante 12-24 horas debe ser aplicada a todo paciente que tras recuperar el pulso después de una parada cardíaca causada por una FV, persiste con un bajo nivel de conciencia (evidencia IIa). En aquellos pacientes en los que la parada cardíaca no se debió a una FV, el uso de la hipotermia también parece ser beneficioso (evidencia IIb) [3].(Recomendación clase IIa: El peso de la evidencia apoya el uso del tratamiento, que es considerado útil y recomendado. Recomendación clase IIb: El peso de la evidencia que apoya el uso del tratamiento está menos establecido. Su uso puede ser beneficioso)(según la American Heart Asociattion )[4].
Según las conclusiones de un estudio realizado por distintos enfermeras y médicos de diferentes hospitales de Galicia se concluye que: La hipotermia es un recurso terapéutico en las unidades de cuidados intensivos que debe ser  conocido por los profesionales de enfermería ya que su aplicación se realiza a pacientes con una elevada gravedad y mal pronóstico. Son frecuentes las complicaciones asociadas a la técnica (y a la gravedad de los pacientes)  por lo que se necesita un seguimiento exhaustivo de los pacientes tratados. La aplicación de las técnicas de hipotermia produce una sobrecarga de trabajo de enfermería que debe ser tenida en cuenta en aquellas unidades en  que se realicen[5].
En mi opinión los enfermeros y enfermeras debemos saber que complicaciones podrían producirse al realizar dicha técnica ya que como enfermeros de la UVI debemos intentar prestar el mejor servicio a los usuarios.
Solo le mantuvieron en hipotermia durante 24 horas y ayer ya estaba normotérmica.
La paciente puede que sobreviva pero si lo hace seguramente sufra graves daños cerebrales. Es joven, tan solo 49 años. Resulta duro ver en ese estado a una persona y pensar que podría ser tu madre o un familiar tuyo y que ya no vas a poder hablar con él, reir, compartir momentos en la vida, que de esta forma, ya no se va a poder.
En caso de que la paciente quede en estado vegetativo para siempre…¿Eutanasia si?, ¿eutanasia no? Este tema lo trataré en otra entrada posteriormente.
En este caso se podrían valorar diferentes diagnósticos.
Diagnósticos de enfermería:
1.       Duelo r/c anticipación de la pérdida de una persona significativa m/p sufrimiento.
Intervenciones de enfermería:
-          Facilitar duelo
-          Aumentar el afrontamiento
-          Contacto
-          Aumentar sistemas de apoyo
-          Escucha activa
-          Apoyo emocional
-          Apoyo a la familia
-          Movilización familiar
(Este diagnóstico iría dirigido a la familia de la paciente, ya que creo que sería importante tratarla también).
2.       Riesgo de infección r/c procedimientos invasivos.
Intervenciones de enfermería:
-          Vigilancia de la piel
-          Protección contra las infecciones
-          Cuidados del sitio de incisión
-          Cuidados del paciente encamado
3.       Riesgo de deterioro de la integridad cutánea r/c  inmovilización física, prominencias óseas y factores mecánicos.
Intervenciones de enfermería:
-          Manejo de presiones
-          Cuidados del paciente encamado
-          Vigilancia de la piel
-          Cambio de posición
-          Prevención de UPP
4.       Riesgo de estreñimiento r/c actividad física insuficiente, aporte insuficiente de fibras, cambios en el patrón de alimentación, disminución de la motilidad del tracto gastrointestinal.
5.       Deterioro de la respiración espontánea.
Intervenciones de enfermería:
-          Ventilación mecánica
-          Oxigenoterapia
-          Mantenimiento de la salud bucal
-          Aspiración de las vías aéreas
-          Monitorización de los signos vitales[6]



BIBLIOGRAFÍA

1.       Martín Benítez JC. Hipotermia en los cuidados post-RCP. VII Curso de Actualidad en Urgencias. Hospital Clínico San Carlos. Madrid.

2.       Caballero J. Hipotermia Terapéutica Postparo Cardíaco: Fisiopatología y efecto protector. Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Vall d´Hebron. Barcelona.

3.       Miñamabres E, Holanda MS, Domínguez Artigas MJ, Rodríguez Borregán JC. Hipotermia terapéutica en pacientes neurocríticos. Med. Intensiva. 2008; 32(5).

4.       EEC Committee, Subcommittees and Task Force of the American Heart Association Guidelines for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care. Circulation. 2005;112(24)Suppl:IV1-203.

5.       Taboada Coego MI, Calvar Seoane B, Álvarez Castro N, Del Campo Pérez V, Pereira Lourido MA, Antolín Rodríguez R. Técnicas de Hipotermia en la Unidad de Cuidados Intensivos de un Hospital General: Descripción y Cuidados de Enfermería. Enfermería en Cardilogía. 2009; 47-48.

6.       Nanda.es, Asistente de Planes de Cuidado [Sede web]. [Acceso 22 de enero]. Disponible en: www.nanda.es




[1] Martín Benítez JC. Hipotermia en los cuidados post-RCP. VII Curso de Actualidad en Urgencias. Hospital Clínico San Carlos. Madrid.

[2] Caballero J. Hipotermia Terapéutica Postparo Cardíaco: Fisiopatología y efecto protector. Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Vall d´Hebron. Barcelona.

[3] Miñamabres E, Holanda MS, Domínguez Artigas MJ, Rodríguez Borregán JC. Hipotermia terapéutica en pacientes neurocríticos. Med. Intensiva. 2008; 32(5).

[4] EEC Committee, Subcommittees and Task Force of the American Heart Association Guidelines for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care. Circulation. 2005;112(24)Suppl:IV1-203.

[5] Taboada Coego MI, Calvar Seoane B, Álvarez Castro N, Del Campo Pérez V, Pereira Lourido MA, Antolín Rodríguez R. Técnicas de Hipotermia en la Unidad de Cuidados Intensivos de un Hospital General: Descripción y Cuidados de Enfermería. Enfermería en Cardilogía. 2009; 47-48.

[6] Nanda.es, Asistente de Planes de Cuidado [Sede web]. [Acceso 22 de enero]. Disponible en: www.nanda.es

sábado, 19 de enero de 2013

Aclaración de términos


Practicante enfermero: he empleado estas palabras para referirme a mí, como un alumno en prácticas de enfermería.
Como definiciones de practicante se encuentran distintas acepciones:
Según thefreedictionary.com:
-          Se aplica a la persona que profesa y practica una religión.
-          Persona titulada para ejercer operaciones de cirugía menor, especialmente para hacer pequeñas curas y poner inyecciones.
Según wordreference.com:
-          (adj. y com.) Que practica.
-          (persona) Que cumple los ritos y prácticas de una religión
-          (com.) Sanitario encargado de las curaciones, administración de medicamentos o inyecciones.
Según el diccionario de El País.es:
  1. (adj.) Que practica.
  2. (adj.) Se dice de la persona que lleva a la práctica las normas y preceptos establecidos por una determinada religión.
  3. (s. m. y f.) Persona con el título de auxiliar médico menor, que pone inyecciones o hace pequeñas curas.
Dadas estas definiciones creo que expresé mal lo que quería decir. Mi intención fue hacer referencia a mi situación como alumno en prácticas de enfermería.

Rotar la arteria: Este es un término en ‘argot’ enfermero, que se emplea comúnmente en la UVI para referirnos a cambiar la ubicación del catéter arterial. Es decir, si la arteria canalizada es la radial derecha, ‘rotarla’ sería canalizar la arteria radial izquierda. Esto se lleva a cabo al pasar cierto tiempo desde que se canalizó el catéter arterial, para evitar complicaciones como son las infecciones. Cuanto más tiempo se tenga un catéter mayores posibilidades hay de infección. Trataré posteriormente en otra entrada el tema de las bateriemias en los catéteres intravasculares.