martes, 15 de enero de 2013

Ventilación mecánica


Esta semana he prestado atención a un paciente que precisa ventilación mecánica. Se trata de un chico joven que padeció un accidente de tráfico en verano. Precisó el ingreso en la UVI  debido a la aparición de sucesivas atelectasias.
La atelectasia se produce cuando hay un colapso de una región periférica, segmentaria o lobar; o bien el colapso masivo de uno o ambos pulmones, que imposibilita el intercambio gaseoso. Se produce un compromiso en la relación volumen/presión (complianza pulmonar), por lo que se requiere una mayor presión de insuflación para lograr la expansión de los espacios que se encuentran colapsados.
Además dicho paciente padece una gran dificultad para iniciar la respiración debido a la falta de fuerza muscular asociada a lesión medular. Por todo ello precisa ventilación mecánica. Este paciente tiene realizada una traqueostomía, que es por dónde está conectada la ventilación. La traqueostomía se trata de una abertura en la pared anterior de la tráquea para comunicar el exterior con la luz traqueal.
La función  respiratoria puede sufrir alteraciones por múltiples causas y, en ocasiones puede resultar insuficiente por lo que se ha de recurrir a la ventilación artificial, como es el caso de este paciente. La ventilación mecánica consiste en el uso de equipos que apoyan, ayudan o asisten a los músculos inspiratorios en sus funciones. Este paciente precisa ventilación mecánica invasiva con modalidad volumen control (IPPV o CMV).
Al precisar ventilación mecánica se hace necesario que se utilicen humificadores para humidificar y calentar el aire inspirado para evitar alteraciones en la mecánica pulmonar, intercambio de gases, aclaración muco-ciliar y producción de surfactante pulmonar. Se utiliza humidifación activa en cascada consiguiendo una temperatura de 37 grados y una humedad relativa cercana al 100%.
Como profesionales de enfermería debemos de asegurarnos del correcto funcionamiento de las alarmas para que en caso de fallo, podemos darnos cuenta a tiempo de alguna complicación.
Debemos cerciorarnos de que toda la maquinaria funciona bien y no hay ningún fallo en la ventilación mecánica.
Además tenemos que asegurarnos del correcto funcionamiento de los humidificadores y de cambiar cada cierto tiempo (1-3 semanas) las tubuladuras del sistema ya que se produce condensación y esto puede dar lugar a la aparición de neumonías asociadas al respirador y oclusiones del tubo por secreciones.
También es necesario realizar la aspiración de secreciones para evitar estas neumonías, y realizarlo de la manera más aséptica posible ya que en dicha manipulación podemos provocarla nosotros si no lo realizamos correctamente. Otro día hablare de neumonía cero y haré más hincapié.
Debemos cerciorarnos, antes de conectar el ventilador, que el oxígeno y el aire comprimido funcionan adecuadamente, así como también el propio ventilador. Tener al alcance una bolsa para ventilación manual, que se pueda utilizar, si se presentan desperfectos en el funcionamiento del equipo u otras situaciones que así lo requieran. Tener disponible carro de paradas, en caso de urgencia y verificar que el sistema de aspiración esté dispuesto para ser utilizado.
Cuidados con el ventilador. Se deben mantener activados los sistemas de alarmas (prefijarlas) y con un volumen adecuado. Mantener el humificador con el nivel de agua adecuado. Vaciar, periódicamente, las trampas de agua. Chequear el funcionamiento del equipo, si tiene evidencia de mal funcionamiento o que el paciente no se está ventilando bien, desacoplar y ventilarlo con el ambu. Mantener la correcta conexión del sistema de mangueras al paciente; y, chequear y anotar los parámetros prefijados en el ventilador (UM, FR, FiO2).
Cuidados con el paciente. Nunca debemos dejar solo o sin vigilancia; se deben medir los signos vitales cada dos horas, incluir la PVC (horarios); observar la mecánica respiratoria del paciente (expansión torácica y movimientos torácicos) y la coloración de piel y mucosas para detectar hipoxia. Verificar el nivel de conciencia mediante preguntas y otros estímulos. Mantener la confortabilidad del paciente con el respirador; brindar apoyo psicológico al paciente y a la familia. Realizar aspiración periódica de las secreciones traqueobronquiales; vigilar la insuflación del manguito o cuff (lograr insuflación adecuada para evitar la broncoaspiración, fuga de gases y lesiones traumáticas de la pared traqueal por hiperinsuflación). Verificar el grado de hidratación y control del balance hídrico. Además, se deben mantener los principios de asepsia y antisepsia en las diferentes técnicas relacionadas con el manejo del paciente; protección ocular; cambio de posición, estimulaciones cutáneas; higiene personal y de la cavidad bucal; control de los valores hemogasométricos, medir diuresis horaria; la valoración neurológica; el cambio diario o con mayor frecuencia según necesidad de la gasa o del sistema de fijación de la traqueostomía y el monitoraje cardíaco.
Estas son una serie de cuidados que debemos de llevar a cabo con este paciente en concreto y con otros que pudieran padecer dicha situación.
Esta semana le cambiamos las tubuladuras como estaba indicado para evitar complicaciones infecciosas. Realizamos el cambio mi tutor y yo. Mientras él se encargaba del cambio o me encargué de insuflarle aire al paciente mediante un ambu. He de decir que fue una sensación extraña, pero gratificante a la vez. Sentir como una persona respira gracias a tu ayuda es algo realmente impresionante. Saber que gracias a ti esa persona sigue respirando y que sin tu ayuda el paciente no estaría ahí, es reconfortante. Es una gran responsabilidad tener la vida de una persona en tus manos por lo que hay que tener mucho cuidado porque cualquier fallo podría ser fatal.
                               
BIBLIOBIBLIOGRAFÍA
-                     -            De Lucas Ramos P, Jareño Esteban JJ. Monografías Neumomadrid: Ventilación Mecánica No Invasiva. Madrid: Ergon; 2007.
-          Hernández C, Bergeret JP, Hernández M. Traqueostomía: principios y técnica quirúrgica. Cuad. Cir. 2007; 21: 92-98
-          León Román CA. Enfermería en Urgencias: Tomo II. La Habana: Ecimed; 2008.
-          Oliva Fernández C, Súarez López de Vergara RG, Galván Fernández C, Marrero Pérez CL. Protocolos Diagnóstico Terapeúticos de la AEP: Neumología.  Atelectasia, bronquiectasias [monografía en Internet]. Madrid: Asociación Española de Pediatría; 2009 [acceso 11 de enero de 2013].


1 comentario:

  1. Hola Jorge.
    Verdaderamente es una gran responsabilidad.
    En cuanto a la entrada:
    Debes referenciar (numeritos) todas las descripciones: atelectasia, traqueotomía, ventilación mecánica... Aunque sea bibliografía de conceptos aprendidos en cursos anteriores.
    Cuando nombras "Cuidados..." No queda claro si son apreciaciones tuyas, protocolo de la unidad o que las has buscado, ni si tienen evidencia científica.
    Desarrolla qué es la modalidad IPPV.
    ¿Cada cuanto tiempo se cambian las tubuladuras? ¿Por qué? ¿Hay evidencia sobre este tema o es por protocolo?
    A este paciente con qué frecuencia hay que aspirarle? Comentas que de forma periódica, ¿en base a qué?
    Ánimo y hasta pronto...

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