Esta semana he prestado atención a un
paciente que precisa ventilación mecánica. Se trata de un chico joven que
padeció un accidente de tráfico en verano. Precisó el ingreso en la UVI debido a la aparición de sucesivas
atelectasias.
La atelectasia se produce cuando hay un
colapso de una región periférica, segmentaria o lobar; o bien el colapso masivo
de uno o ambos pulmones, que imposibilita el intercambio gaseoso. Se produce un
compromiso en la relación volumen/presión (complianza pulmonar), por lo que se
requiere una mayor presión de insuflación para lograr la expansión de los
espacios que se encuentran colapsados.
Además dicho paciente padece una gran
dificultad para iniciar la respiración debido a la falta de fuerza muscular
asociada a lesión medular. Por todo ello precisa ventilación mecánica. Este
paciente tiene realizada una traqueostomía, que es por dónde está conectada la
ventilación. La traqueostomía se trata de una abertura en la pared anterior de
la tráquea para comunicar el exterior con la luz traqueal.
La función
respiratoria puede sufrir alteraciones por múltiples causas y, en
ocasiones puede resultar insuficiente por lo que se ha de recurrir a la
ventilación artificial, como es el caso de este paciente. La ventilación
mecánica consiste en el uso de equipos que apoyan, ayudan o asisten a los
músculos inspiratorios en sus funciones. Este paciente precisa ventilación
mecánica invasiva con modalidad volumen control (IPPV o CMV).
Al precisar ventilación mecánica se hace
necesario que se utilicen humificadores para humidificar y calentar el aire
inspirado para evitar alteraciones en la mecánica pulmonar, intercambio de
gases, aclaración muco-ciliar y producción de surfactante pulmonar. Se utiliza
humidifación activa en cascada consiguiendo una temperatura de 37 grados y una
humedad relativa cercana al 100%.
Como profesionales de enfermería debemos de
asegurarnos del correcto funcionamiento de las alarmas para que en caso de
fallo, podemos darnos cuenta a tiempo de alguna complicación.
Debemos cerciorarnos de que toda la
maquinaria funciona bien y no hay ningún fallo en la ventilación mecánica.
Además tenemos que asegurarnos del correcto
funcionamiento de los humidificadores y de cambiar cada cierto tiempo (1-3
semanas) las tubuladuras del sistema ya que se produce condensación y esto
puede dar lugar a la aparición de neumonías asociadas al respirador y
oclusiones del tubo por secreciones.
También es necesario
realizar la aspiración de secreciones para evitar estas neumonías, y realizarlo
de la manera más aséptica posible ya que en dicha manipulación podemos
provocarla nosotros si no lo realizamos correctamente. Otro día hablare de
neumonía cero y haré más hincapié.
Debemos
cerciorarnos, antes de conectar el ventilador, que el oxígeno y el aire
comprimido funcionan adecuadamente, así como también el propio ventilador. Tener
al alcance una bolsa para ventilación manual, que se pueda utilizar, si se
presentan desperfectos en el funcionamiento del equipo u otras situaciones que
así lo requieran. Tener disponible carro de paradas, en caso de urgencia y
verificar que el sistema de aspiración esté dispuesto para ser utilizado.
Cuidados con
el ventilador. Se deben mantener activados los sistemas de alarmas
(prefijarlas) y con un volumen adecuado. Mantener el humificador con el nivel
de agua adecuado. Vaciar, periódicamente, las trampas de agua. Chequear el
funcionamiento del equipo, si tiene evidencia de mal funcionamiento o que el
paciente no se está ventilando bien, desacoplar y ventilarlo con el ambu. Mantener
la correcta conexión del sistema de mangueras al paciente; y, chequear y anotar
los parámetros prefijados en el ventilador (UM, FR, FiO2).
Cuidados con
el paciente. Nunca debemos dejar solo o sin vigilancia; se deben medir los
signos vitales cada dos horas, incluir la PVC (horarios); observar la mecánica
respiratoria del paciente (expansión torácica y movimientos torácicos) y la
coloración de piel y mucosas para detectar hipoxia. Verificar el nivel de
conciencia mediante preguntas y otros estímulos. Mantener la confortabilidad del
paciente con el respirador; brindar apoyo psicológico al paciente y a la
familia. Realizar aspiración periódica de las secreciones traqueobronquiales;
vigilar la insuflación del manguito o cuff (lograr insuflación adecuada para
evitar la broncoaspiración, fuga de gases y lesiones traumáticas de la pared
traqueal por hiperinsuflación). Verificar el grado de hidratación y control del
balance hídrico. Además, se deben mantener los principios de asepsia y
antisepsia en las diferentes técnicas relacionadas con el manejo del paciente;
protección ocular; cambio de posición, estimulaciones cutáneas; higiene
personal y de la cavidad bucal; control de los valores hemogasométricos, medir
diuresis horaria; la valoración neurológica; el cambio diario o con mayor
frecuencia según necesidad de la gasa o del sistema de fijación de la
traqueostomía y el monitoraje cardíaco.
Estas son
una serie de cuidados que debemos de llevar a cabo con este paciente en
concreto y con otros que pudieran padecer dicha situación.
Esta semana
le cambiamos las tubuladuras como estaba indicado para evitar complicaciones
infecciosas. Realizamos el cambio mi tutor y yo. Mientras él se encargaba del
cambio o me encargué de insuflarle aire al paciente mediante un ambu. He de
decir que fue una sensación extraña, pero gratificante a la vez. Sentir como
una persona respira gracias a tu ayuda es algo realmente impresionante. Saber
que gracias a ti esa persona sigue respirando y que sin tu ayuda el paciente no
estaría ahí, es reconfortante. Es una gran responsabilidad tener la vida de una
persona en tus manos por lo que hay que tener mucho cuidado porque cualquier
fallo podría ser fatal.
BIBLIOBIBLIOGRAFÍA
- - De Lucas Ramos P, Jareño Esteban JJ. Monografías
Neumomadrid: Ventilación Mecánica No Invasiva. Madrid: Ergon; 2007.
-
Hernández
C, Bergeret JP, Hernández M. Traqueostomía: principios y técnica quirúrgica. Cuad. Cir. 2007; 21: 92-98
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León Román CA. Enfermería en Urgencias: Tomo II. La
Habana: Ecimed; 2008.
-
Oliva Fernández C, Súarez López de Vergara RG,
Galván Fernández C, Marrero Pérez CL. Protocolos Diagnóstico Terapeúticos de la AEP:
Neumología. Atelectasia,
bronquiectasias [monografía
en Internet]. Madrid: Asociación Española de Pediatría; 2009 [acceso 11 de
enero de 2013].
Hola Jorge.
ResponderEliminarVerdaderamente es una gran responsabilidad.
En cuanto a la entrada:
Debes referenciar (numeritos) todas las descripciones: atelectasia, traqueotomía, ventilación mecánica... Aunque sea bibliografía de conceptos aprendidos en cursos anteriores.
Cuando nombras "Cuidados..." No queda claro si son apreciaciones tuyas, protocolo de la unidad o que las has buscado, ni si tienen evidencia científica.
Desarrolla qué es la modalidad IPPV.
¿Cada cuanto tiempo se cambian las tubuladuras? ¿Por qué? ¿Hay evidencia sobre este tema o es por protocolo?
A este paciente con qué frecuencia hay que aspirarle? Comentas que de forma periódica, ¿en base a qué?
Ánimo y hasta pronto...