Hoy
ha sido mi primer día en la UVI. Como todo primer día en algo, esto significa
nervios por empezar algo nuevo, temor por no saber si uno se va a encontrar a
gusto en el sitio, alegría por seguir aprendiendo, y muchos más sentimientos
apenas descriptibles pero que se sabe que están ahí. Es un cambio total de
atención ya que en los anteriores rotatorios en los que he estado eran totalmente
diferentes. Estuve en atención primaria, donde se actúa de forma totalmente
distinta ya que la mayoría de las actuaciones van encaminadas a la prevención,
y en un centro geriátrico, donde la atención que prestamos depende mucho del
estado del residente y solo va dirigida a una etapa de la vida. En la UVI va a ser totalmente distinto. Aquí solo
atenderemos a uno o dos pacientes ya que su estado hace que sea de vital
importancia vigilar su estado.
La
verdad es que tenía ganas de empezar el nuevo rotatorio en el Gregorio Marañón
después del parón navideño. Es un sitio al que le tengo mucho cariño ya que en
los dos meses que estuve en un rotatorio anterior aprendí mucho y, algo que
creo que es realmente importante, disfruté mucho realizando la labor de
enfermería. Saber que lo que estás haciendo es beneficioso para el paciente y le
va a ayudar a recuperar su salud y que además ayuda a uno mismo en experiencia
no solo laboral sino humana. Creo que es esencial que todos mejoremos en
experiencia humana ya que es algo que nos va ayudar a realizar mejor nuestra
labor desde una perspectiva holística. Saber que atendemos a personas, que
podían ser nuestros familiares, y no a una serie de patologías o a algo que
lleva cables, tubos, vías, etc. Pienso que no solo el paciente debe ser tratado
como persona sino también sus familiares, ya que está pasando por una situación
poco agradable como es el estado de salud difícil de un ser querido.
Al
entrar en la UVI me sentí extraño, había muchos estímulos como avisos de
alarmas, personales sanitarios prestando su atención a los pacientes, muchos
aparatos y cables,… Al principio uno se siente desubicado, y personalmente
también como si fueran mis primeras prácticas. A medida que avanzaba la tarde
me fui adaptando poco a poco y ubicándome en la unidad. Una vez presentado a mi
tutor me explicó como estaba dividida la unidad.
Estar
en esta unidad creo que también ayuda a la experiencia personal y a valorar lo
que uno tiene ya que se puede perder todo de un momento a otro y pasar por un estado de salud complicado durante
bastante tiempo antes de recuperarse.
Creo
que enfermería me va ayudar a crecer no solo en experiencia en cuanto a
cuidados holísticos, sino también en personal y humana, que es en definitiva
una de las bases para prestar la atención de la mejor manera posible.
Hola Jorge.
ResponderEliminarBienvenido a una Unidad de Cuidados Críticos.