Hay diversos factores que influyen en la calidad asistencial que
realizamos los enfermeros y enfermeras. De dichos agentes va a depender hacia
qué lado se dirija la calidad asistencial, buena o no tan buena.
El
desempeño laboral está determinado por condiciones individuales como son edad,
sexo, estado civil, capacitación, etc.; organizacionales como son condiciones
de trabajo, seguridad laboral, volumen de trabajo, insumos, etc.; del sector
salud como reglamentación, relaciones laborales, centralización, roles, etc.; y
del entorno como crecimiento económico, políticas sociales. Estos determinantes
del desempeño laboral actuarán condicionando el bienestar de los trabajadores
del sistema de salud y por consiguiente el nivel de satisfacción laboral. Es
así que la falta de satisfacción laboral sumada a algunas variables
individuales, actuarían como condicionantes para la aparición del Síndrome de
Desgaste Laboral o “Burnout” (BO) enfermedad laboral que afecta principalmente
a profesionales que brindan servicios.
Se define como Burnout a la patología que surge como
consecuencia de la exposición de los trabajadores a condiciones psicosociales
desfavorables en su medio laboral.
En 1976, Maslach estudió las respuestas emocionales de
personas que trabajaban en profesiones de ayuda y describió un proceso que
denominó “pérdida de responsabilidad profesional”. Definió a la enfermedad como
“un síndrome de stress crónico en aquellas profesiones de servicios o de ayuda
que se caracterizan por una atención intensa y prolongada a personas que están
en situación de necesidad o dependencia” y describió en este proceso, tres
dimensiones:
-
Cansancio emocional: Consiste en la reducción
progresiva de la energía, que se acompaña de la sensación de no poder dar más
de sí mismo, hay desproporción entre el trabajo realizado y el cansancio que
manifiesta que lo torna irritable e incapaz de disfrutar de la tarea que
realiza.
-
Despersonalización:
Es el desarrollo de actitudes y sentimientos fríos, negativos, hostiles, hacia
los pacientes y colegas. Hay apreciación negativa del propio papel profesional,
evitando involucrarse en ello.
-
Baja
realización personal: pérdida de la confianza en sí mismo, auto valoración
negativa, sentimientos de incapacidad junto a la percepción de que no hay
posibilidades de crecimiento en el trabajo. Esta es la tercera fase del proceso
en la que se produce un alejamiento de la vida familiar, social y recreativa.[1]
La enfermería es reconocida como una profesión estresante ya
que implica actividades técnicas, relacionales, de organización y
administrativas, con grandes responsabilidades, en continuo contacto con la
enfermedad, el sufrimiento y la muerte. El trabajo con personas en situaciones
de fragilidad genera una gran carga emocional.
A estas características del trabajo hay que sumarle las
situaciones de sobrecarga laboral, los conflictos que se producen por la falta
de autonomía para tomar decisiones, los salarios bajos, la falta de estímulos y
de desarrollo profesional, las condiciones de trabajo, las relaciones con
jefes, colegas y compañeros de trabajo, la demanda familiar, etc.[2]
Estas condiciones de
trabajo influyen de manera significativa sobre la satisfacción laboral del
enfermero y en consecuencia en la calidad de atención que presta al paciente, a
la familia y a la comunidad.
Ante esta situación, se plantea la necesidad de que las
instituciones se preocupen por las condiciones de vida laboral de sus
empleados, ya que su salud se manifiesta en la calidad de las prestaciones que
brinda.
Además, en contraposición con otras profesiones cuyos
riesgos laborales son reconocidos y se previenen con marcos regulatorios
legales, existe escasa conciencia preventiva en relación a esta profesión,
dándose como implícito que las tareas sanitarias conllevan un riesgo
psicosocial que puede afectar a la salud.
Pienso que la salud de los
trabajadores sanitarios no está muy protegida hoy en día. En mi opinión creo
que es necesario identificar las condiciones predisponentes y desencadenantes
que ocasionan el BO y elaborar estrategias de prevención como un derecho básico
de protección de la salud de los enfermeros y enfermeras.
En un estudio realizado a enfermeros profesionales de
hospitales públicos de Córdoba, Argentina:
Una importante proporción de profesionales encuestados
afronta su tarea diaria con la percepción de que no recibe un salario adecuado
ni tiene posibilidades de ascender en el lugar en el que presta servicio.
Dos hechos que contribuyen a disminuir la autoestima son: sentir
que sus opiniones no son tenidas en cuenta por sus compañeros y que el trabajo
realizado no es reconocido por las autoridades de salud.
Finalmente, la falta de normas claras de trabajo e
igualmente la falta de buena comunicación entre directivos y el nivel operativo
son condiciones que producen confusión y llevan a trabajar “a la defensiva”.
Casi un cuarto de la muestra está afectada por el Síndrome
de Desgaste Laboral.
Con respecto a las variables socio demográficas, se encontró
que no tener pareja ni hijos son predictivas para cansancio emocional y
burnout. Esto probablemente se deba a la falta de contención que brinda la
familia, ya que aquellos que no la tienen, tienden a implicarse excesivamente
con su trabajo aumentando las probabilidades de tener burnout.
Algunos estudios mencionan como variables de riesgo, el sexo
femenino y turnos rotativos para la despersonalización, en tanto que en otros
resultó de riesgo el sexo masculino.
En síntesis, el
perfil de riesgo para BO o alguno de sus tres componentes en esta muestra es:
ser mayor de 40 años, no tener hijos ni pareja, vivir en el interior, no estar
satisfechas laboralmente y trabajar en hospitales provinciales o municipales en
menor grado.[3]
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2020 los
trastornos depresivos serán la segunda mayor causa de morbilidad, detrás
solamente de la enfermedad isquémica del corazón.[4] El estrés surge cuando el individuo
tiene que enfrentar situaciones que exigen adaptación y pueden ser
interpretados por él como un desafío o amenaza. En el ambiente laboral los
estresores están presentes continuamente y, debido a su relación con el
trabajo, son llamados estresores ocupacionales, capaces de generar sentimiento
de ansiedad, miedo, tensión o amenaza que surgen durante el ejercicio de las
actividades profesionales y requieren respuestas adaptativas por parte de los
empleados.
Según un artículo en la revista enfermería global se verifica que hay
una escasez de estudios y análisis de intervenciones que busquen reducir el
estrés ocupacional y el burnout y que sean exequibles dentro del
turbulento ambiente hospitalario. Se hace imperativo en enfermería tomar medidas
que atiendan a garantizar condiciones de trabajo que reduzcan el desgaste
físico y emocional, así como la sensibilización de los profesionales e
instituciones sobre la naturaleza y ocurrencia del estrés y burnout traerían
beneficios a ambos.[5]
Según un estudio realizado en Girona recomiendan mejorar el clima
organizacional y potenciar el optimismo y la autoestima individual, para
disminuir el desgaste profesional en los hospitales. Según su opinión, y
partiendo de los resultados de dicha investigación, es imprescindible un plan
de acción en la gestión hospitalaria para controlar la alta prevalencia de SDP (síndrome
de desgaste profesional) en los sanitarios. Este plan debe considerar el
incremento de la comunicación entre los trabajadores y los directivos, para
identificar las áreas que deben mejorar, planificando y realizando los cambios organizativos
necesarios conjuntamente. Estos cambios deben considerar una mayor autonomía
para los trabajadores junto con el aumento de la equidad en la distribución del
trabajo y los recursos, unido a una política más incentivadora. El
reconocimiento empresarial y social del trabajo realizado puede disminuir la
DP. Los responsables de salud laboral deben seguir identificando y tratando a
los profesionales con procesos psicopatológicos. Finalmente, consideran muy
importante la formación en técnicas de autocontrol y gestión del estrés que
refuercen el optimismo y la autoestima.[6]
El síndrome de Burnout puede acarrear consecuencias graves, y
no sólo estrés, al afectar al rendimiento y a la calidad de la labor
profesional y a la salud física y mental del propio trabajador. Recientes
publicaciones relacionan el síndrome del «quemado» con alteraciones somáticas
graves, e incluso hablan de la aparición, en el Burnout crónico de altos
niveles de cortisol en saliva durante la jornada de trabajo. Estos cambios
podrían explicar la asociación recientemente postulada del síndrome del
«quemado» con la enfermedad cardiovascular. Por último, otros autores llegan a
relacionar el Burnout y especialmente el componente de despersonalización con
un déficit de la inmunidad celular, al detectar una disminución de las células
NK (Natural killer) y baja proporción de CD57 y CD16 respecto al total de
linfocitos, en los sujetos afectos por el proceso. Por todo ello, queremos
resaltar la importancia que el estudio en profundidad, del fenómeno Burnout y
de sus factores desencadenantes, puede tener, ya que estos conocimientos redundarán
en una mejora de la calidad de la asistencia sanitaria, con claras ventajas
para los pacientes, los profesionales y por supuesto las instituciones
implicadas.[7]
En mi opinión creo que hay muchas cosas que se pueden cambiar a mejor
para que los trabajadores sanitarios no se vean afectados en la medida de lo
posible por este síndrome. Creo que es algo grave, ya que además de afectar a
la propia salud de uno mismo, afecta a la calidad asistencial que prestamos. Al
final los perjudicados son tanto los profesionales como los pacientes. No creo
que sea bueno. Nos basamos en un modelo de atención holística hacia el
paciente, pero muchas veces nos olvidamos de que los trabajadores son personas
y también son un todo bio-psico-social. Creo que en la actualidad, por la
situación actual mundial y social, va a ser difícil que se tomen muchas medidas
para evitar el síndrome Burnout. Más adelante, cuando esté terminando este
rotatorio, reflexionaré sobre la situación actual.
BIBLIOGRAFÍA:
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[3] Díaz Echenique MS, Stimolo MI, Caro
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Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0465-546X2010000100003&lng=es&nrm=iso
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Organisation (WHO) [Editorial]. Br
Med J [periódico en internet]. 2000; 320:237-43. Disponble en:
http://www.who.org
[5] Grazziano
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factores personales y ambientales.
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Albaladejo R, Villanueva R, Ortega P, Astasio P, Calle ME, Domínguez V.
Síndrome de burnout en el personal de enfermería de un hospital de Madrid. Rev. Esp. Salud Publica [revista en internet]. 2004
[acceso 3 de febrero de 2013]; 78(4). Disponible en:
Hola Jorge
ResponderEliminarNo has contextualizado esta entrada. Podría ser una copia de algún trabajo realizado para alguna asignatura.