jueves, 14 de febrero de 2013

ClK


El otro día, estando en la unidad, una enfermera nos comentó una situación con otra enfermera de otra unidad. La compañera trasladó un alta de la UVI a la planta correspondiente. El paciente tenía una perfusión con 30 mEq de ClK (cloruro potásico). Al ver la perfusión, según nuestra compañera, la otra enfermera  quitó de golpe la perfusión y le comentó al alumno que estaba con ella que no se ponía tal cantidad porque se mataba al paciente, de una manera ridiculizante, todo ello delante del paciente. A la enfermera de mi unidad le molestó esto. Pienso que no fueron formas de hablar a una compañera de profesión, ya que al haber muchas unidades se trabaja de muchas formas distintas. Partiendo de esta base de respeto y de comprensión creo que tampoco fue correcto expresar ‘matas al paciente’ porque puede pensar que realmente se ha puesto en peligro su vida y se le preocupa de manera innecesaria. Al menos yo no hubiera actuado de esta manera. Hablando sobre el cloruro potásico creo que si hay que tener cuidado a la hora de administrarlo y vigilar atentamente al paciente.

El cloruro potásico ha sido identificado como medicación de alto riesgo por organizaciones en Australia, Canadá y Reino Unido. Las soluciones para inyección de electrolitos son especialmente peligrosas.  La mayoría de las veces, no es clínicamente posible revertir los efectos de los electrolitos concentrados cuando no son administrados adecuadamente (incorrectamente diluidos, confundidos con otras drogas,…). Es especialmente crítico que la disponibilidad, acceso, prescripción, pedidos, preparación, distribución, clasificación, verificación, administración y monitorización de estos agentes sean planeados de tal manera que los posibles eventos adversos se puedan evitar, y, con optimismo, sean eliminados. Estandarizando la dosis, unidades de medida y terminología son elementos críticos del uso seguro de soluciones concentradas de electrolitos. Estos esfuerzos requieren especial atención, habilidad apropiada, colaboración interprofesional, procesos de verificación, etc. asegurarían el uso seguro.[1]

La administración de cloruro concentrado por vía intravenosa directa sin dilución previa produce hiperpotasemia y esta puede conducir a un bloqueo y parada cardíaca. Se han comunicado casos de muerte por esta causa. Las ampollas o viales de ClK deben administrarse siempre diluidas y a la velocidad adecuada. Hay dos tipos de soluciones. Las soluciones concentradas de potasio, que son aquellas que tienen un contenido de potasio superior a 40 mEq/L  (presentaciones comercializadas en viales o ampollas de ClK 1M y 2M, soluciones de ClK en fluidos de pequeño volumen que se preparan en el servicio de farmacia). Y las soluciones diluidas de potasio, que son aquellas soluciones de ClK en fluidos intravenosos de gran volumen que tienen una concentración de ClK igual o inferior a 40 mEq/L. [2]

Situaciones clínicas que requieren tratamiento con potasio:
1. Aporte disminuido en pacientes con nutrición parenteral.
2. Estados de inanición, desnutrición, dieta inusual y alcoholismo.
3. Causas digestivas: diarrea, fístulas intestinales o biliares, vómitos, aspiración nasogástrica, o abuso de laxantes sin aporte controlado de potasio.
4. Pérdidas renales superiores a 20 mEq/día no compensadas y/o tratadas.
5. Pacientes edematosos con diuréticos y/o digoxina.
6. Intoxicación digitálica con arritmias cardíacas.
7. IAM (infarto agudo de miocardio) con hipopotasemia.
8. Cetoacidósis diabética tratada con insulina.[2]

El potasio se debe administrar oralmente siempre que sea posible, pero teniendo cuidado que no sea con el estómago vacío. Son preferibles las formas líquidas o efervescentes de sales de potasio.
La dosis diaria máxima, por lo general, es de 150 mEq (algunos pacientes pueden requerir dosis mayores, de hasta 300 mEq/día). Los requerimientos de potasio en la mayoría de pacientes suele oscilar entre los 30 y 80 mEq/día.
Hay que saber que el balance de potasio depende de la homeostasis del magnesio.
El aporte de potasio está absolutamente contraindicado en situaciones de hiperpotasemia. Puede estar contraindicado o debe administrarse en pequeñas dosis con monitorización en insuficiencia adrenocortical, insuficiencia renal, oliguria post-operatoria, shock con reacción hemolítica y/o deshidratación, tratamiento con inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina y diuréticos ahorradores de potasio, etc.
En situaciones de emergencia no se deben utilizar soluciones de glucosa 5% como vehículo para la administración de potasio, ya que la glucosa origina una distribución intracelular de potasio que, ocasionalmente, provoca un empeoramiento paradójico de la depleción de potasio existente en el paciente.
En determinadas situaciones clínicas el fluido más recomendable es la solución de glucosalino 1/3, por su adecuado contenido en glucosa y baja cantidad de cloruro sódico. [2]


El ministerio de sanidad y el Sistema Nacional de Salud han establecido una serie de recomendaciones sobre el potasio intravenoso:
-          Retirar los viales y ampollas de ClK concentrado de las unidades asistenciales y reemplazarlos por soluciones diluidas.
-          Definir las unidades asistenciales donde se necesite disponer de soluciones concentradas de ClK y establecer las condiciones para su almacenamiento en dichas unidades, así como para su dispensación, preparación y administración.
-          Estandarizar las soluciones de Clk que deben utilizarse en la institución y establecer límites de dosis y de concentración, velocidades de infusión y situaciones en que se precise su administración con bombas de infusión.
-          Adquirir soluciones diluidas de ClK y preparar en el servicio de Farmacia aquellas diluciones que no se encuentren disponibles comercialmente y se consideren necesarias.
-          Estandarizar las prescripciones de ClK intravenoso, de forma que se adecue a las soluciones normalizadas disponibles en la institución.
-          Supervisar periódicamente la implantación de estas recomendaciones en el hospital, controlando muy especialmente el almacenamiento de ampollas o viales de ClK concentrado en las unidades asistenciales y en el servicio de farmacia, para asegurar que se almacenan en los lugares establecidos y separados  de otra medicación.
-          Las recomendaciones también se aplican a las ampollas de fosfato potásico y a otras sales concentradas de potasio.[3]
DxE:
-          Riesgo de desequilibrio electrlítico. FR: efectos secundarios relacionados con el tratamiento.[4]

Como enfermeros tenemos que velar por la seguridad de nuestro paciente. Tenemos que asegurarnos de la cantidad y de la dilución que tenemos que infundir al paciente, así como la velocidad. Mantendremos vigilancia absoluta del paciente por si se produjeran efectos adversos como arritmias, debilidad muscular, cansancio, debilidad y pesadez de piernas, entumecimiento u hormigueo de manos, pies y labios, sensación de falta de aire o dificultad para respirar, ansiedad inexplicada.[5] Vigilar también la extravasación (ya que puede producir necrosis). Tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos, como es la vida de los pacientes.



BIBLIOGRAFÍA:



[1] World Health Organization. Control of Concentrated Electrolyte Solutions. 2007.Disponible en:

[2] Modelo de protocolo de utilización del cloruro potásico para un hospital. Recomendaciones para el uso seguro del potasio intravenoso. Ministerio de sanidad y consumo. SNS. Disponible en:

[3] Recomendaciones para el uso seguro de potasio intravenoso. Ministerio de Sanidad y Consumo. SNS. Disponible en: http://www.seguridaddelpaciente.es/formacion/tutoriales/MSC-CD4/pdf/2_1recomendaciones.pdf

[4] Diagnósticos Enfermeros: Definiciones y clasificación 2009-20011. North American Nursing Diagnosis Association (NANDA). Madrid Elsevier, 2009.

[5] Vademecum.es [sede web]. [acceso 13 de febrero de 2013]. Disponible en: http://www.vademecum.es

3 comentarios:

  1. Hola Jorge
    Es cierto que muchas veces hablamos como si el paciente no estuviera delante. También es cierto que se han retirado de las unidades de hospitalización el CLK salvo en diluciones ya preparadas por el riesgo de inadecuada manipulación. Es por todo ello que cuando se dá de alta a un paciente de una UCC a una unidad de hospitalización se deben prestar atención a las vías y fármacos con los que "sale" al igual que nunca llevarán vías arteriales, tampoco fármacos que precisen de una estricta MONITORIZACIÓN.

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  2. Como enfermera responsable se debe tener sumo cuidado y conocimiento de sus posibles efectos , al administrar CLK y cualquier otro fármaco, es nuestro deber salvaguardar la vida del paciente y ofrecerle calidad de vida. si no cuenta con la suficiente información y experiencia para manipular un fármaco de esta categoría, pida ayuda de alguien que si cuente con experiencia en este tipo de medicación y de paso busque informarse en cuanto a ese tema. Nunca realice un procedimiento si no cuenta con seguridad e información previa.

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  3. Yo soy estudiantes de enfermería para mi lo más importante son los pacientes

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